Construir un crucero: Montar un LEGO de 2.000 millones en dos años de trabajo
"El complejo proceso de construcción de un crucero: ensamblaje de módulos y recursos impresionantes en astilleros durante hasta 30 meses"
Foto: Cortesía
"La fascinante construcción de cruceros: maravillas de ingeniería que surcan los mares"
Los cruceros, conocidos como rascacielos horizontales del mar o ciudades flotantes, son verdaderas hazañas de la ingeniería moderna. Desde el legendario Titanic hasta los impresionantes Icon of the Seas y Wonder of the Seas, estos enormes buques representan una evolución notable. Pero, ¿cómo se construyen? La respuesta es simple: mediante la unión gradual de módulos, acompañada de una inversión considerable.
La construcción de un crucero es un proceso meticuloso que puede extenderse durante aproximadamente dos años desde el inicio del proyecto, con presupuestos que pueden alcanzar los 2.000 millones de euros. Un ejemplo es el Utopia of the Seas de Royal Caribbean, cuya construcción de 30 meses se anunció en abril de 2022 para su estreno en verano de 2024.
Centrándonos en la construcción de cruceros de pasajeros, como el AIDAnova, fabricado por el astillero alemán Meyer Werft, vemos cómo se ensamblan los distintos componentes del buque. Desde los enormes motores V16 hasta los depósitos de combustible, todo se coloca meticulosamente con la ayuda de grúas imponentes, similares a las utilizadas en los puertos para cargar los buques portacontenedores. Una vez en su lugar, se añade una estructura superior que cubre por completo los componentes inferiores, sobre la cual se montan los camarotes y demás estancias del barco.
Antes de aplicar la pintura final, se lleva a cabo un minucioso proceso de pulido de las soldaduras para eliminar cualquier imperfección. Además, la parte inferior del casco recibe un tratamiento especial con una pintura diseñada para evitar la adherencia de organismos marinos. Este paso inicial se realiza en un astillero, y luego el casco es transportado al astillero donde se ensamblarán las demás piezas. Resulta curioso ver cómo un barco aparentemente ordinario arrastra lo que parece ser una inmensa plataforma completamente plana.
Una vez que la plataforma, que incluye los depósitos y las áreas internas del barco, llega al nuevo astillero, las grúas comienzan a bajar y colocar gradualmente todas las partes visibles del barco en su lugar. Estos son módulos prefabricados y soldados que se ensamblan y apilan sobre el casco. Es un proceso fascinante de observar, ya que parece que están construyendo un rascacielos de forma horizontal.
Aunque este trabajo aún no está terminado, dado que se trata de barcos de gran longitud, se realiza por fases. En este punto, se debe retirar el segmento ya construido (correspondiente a la parte trasera) para dejar espacio a otra gran plataforma que llega desde el primer astillero con el segmento correspondiente a la parte delantera. Repiten el proceso y, una vez completado, los dos segmentos están listos para unirse. Se nivelan y sueldan la proa y la popa del casco, y se añaden los módulos restantes en la parte delantera y trasera del buque. El último paso es aplicar la pintura con el nombre y detalles adecuados.
La botadura es un momento crítico. Aunque el barco esté visualmente listo, aún quedan pasos fundamentales. Además de las pruebas básicas de maquinaria y velocidad, y la inspección de la parte sumergida del casco, llega el momento de la botadura. Este proceso puede realizarse de varias maneras, pero en el caso de los cruceros, como el descrito, se suele llevar a cabo llenando el dique seco. Se permite la entrada de agua al recinto donde se ha ensamblado el barco. Entonces se comprueba si flota, si hay alguna fuga de agua y, si todo está en orden, se celebra la gran inauguración, a menudo con una fiesta pública para conmemorar la finalización del proceso de dos años.
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